Discurso de
Karel Schwarzenberg
Ante la Conferencia de Berlín, 26 April, 2007
Es justo decir que en los últimos meses no hemos visto ningún avance en Cuba. El régimen ha comprobado que es capaz de sobrevivir y retener todos los atributos que lo han caracterizado durante los últimos cuarenta y ocho años. El desarrollo reciente en la Isla ha causado una decepción y comprueba que todas las expectativas optimistas fueron erróneas. Me gustaría indicar claramente que ésta no es una vista aislada de la República Checa. Al menos, en el Reino Unido, Países Bajos, Suecia y Polonia perciben la situación de la misma forma. No hay mejoramiento en este terreno. Puede ser que haya bajado el número de presos políticos, (Nota. Según los datos facilitados por la oposición cubana, en Enero de 2007 habían 283 presos políticos, lo que significa 50 personas menos que en el 2006. Se estima que durante el período monitoreado 75 presos fueron liberados y otros 25 encarcelados.) pero la esencia del régimen sigue siendo la misma, le sigue faltando la más mínima voluntad política de entablar una auto-reflexión crítica.
Estoy convencido de que nosotros en la UE compartimos una meta común, la que es promover la transición de Cuba a una democracia pluralista, basada en la voluntad del pueblo cubano, de su propia selección. Sin embargo, la pregunta es cómo llevar a cabo esta meta europea común, y este es el punto en el cual tendemos a tener opiniones muy diferentes. Realmente, tan diferentes, que nuestras discusiones sobre el tema consumen una gran parte de la energía que deberíamos invertir en el trabajo hacía el objetivo común. Lo que necesitamos es establecer el denominador común más bajo – un conjunto de puntos, que todos aceptamos y sobre el cual podemos seguir construyendo.
La República Checa no rechaza el diálogo entre los estados miembros de la UE y el gobierno cubano; sin embargo, el diálogo no puede ser atado por ningún tipo de términos preliminares o condiciones de parte del gobierno cubano, y eso sin ningún tipo de excepción.
Es difícil tomar en serio la indicada resolución de Cuba de entrar en un diálogo sobre los derechos humanos, cuando uno ve como las autoridades cubanas rechazan, a priori, un debate sobre el destino de la gente encarcelada injustamente. Lo único que hacen con esta gente es marcarla como elementos criminales y olvidarla. Pero es aun más que eso, ya que sin la menor verguenza aprovechan cada oportunidad para impresionar a la comunidad internacional con que todas las manifestaciones de opinión libre o non grata son trabajo de terroristas, o por lo menos de los reformistas charlatanes y mercenarios ideológicos.
Es necesario seguir apelando por la liberación de todos, y con eso quiero decir todos los presos políticos en Cuba, y protestar en todos lados, siempre que se nos ofrezca una oportunidad, contra el amedrentamiento político e intimidación. Y eso deberíamos hacerlo sin cualquier tipo de condición, o sin selección. No tengo duda de que ésta sea una de las cosas en la cual estamos, nosotros los europeos, de acuerdo.
La reciente historia de la República Checa nos ha enseñado que las manifestaciones de apoyo que vienen de parte de los representantes oficiales de países democráticos son un estímulo enorme para la oposición.
Al igual que los comunistas en la ex Checoslovaquia, el régimen cubano trata a los disidentes como a ciudadanos de segunda categoría. No debemos aceptar este sistema de marcas. Para la República Checa, un diálogo con la oposición, ya sea en Cuba o en otra parte del mundo, es una cosa normal y legítima, y no algo fuera de las normas.
El régimen cubano utiliza métodos probados por el tiempo contra la oposición, como separar, desacreditar a uno frente a los demás u ofrecer privilegios a un par de elegidos; en resumen poner a los disidentes uno contra el otro. Y ocupan el mismo método cuando negocian con la UE. Hay que decir de forma abierta que, lamentablemente, esta política de Cuba trae sus frutos y que las diferencias en la actitud hacía los asuntos de Cuba van a permanecer dentro de la Unión.
No queremos aconsejar a los cubanos sobre cuál es el camino que deberían tomar, ésta debería ser su propia decisión. Pero para tomar una decisión, necesitan un acceso libre la información. Efectivamente, la restricción de acceso libre y democrático a informaciones es uno de los sellos distintivos del régimen cubano. Sería justo dejar a los cubanos leer no sólo sobre nuestros éxitos, sino también sobre los errores que cometimos cuando desmontábamos el régimen comunista en nuestra parte de Europa. Y allá se encuentra un potencial enorme, pero no aprovechado de la Unión Europea. La información sin censura puede ser extendida a través de las embajadas, internet o centros de información establecidos con este fin, o a través de la publicación y distribución de libros y apoyo de las bibliotecas independientes.
Finalmente quisiera indicar que en mi país, las primeras elecciones democráticas después de la caída del régimen comunista no fueron una competición entre muchos partidos en el sentido tradicional. En la primerísima fase, había principalmente dos bloques políticos en el país. El primero, representado por el Partido Comunista, juntaba todas las entidades políticas del pasado y promovía las ideas basadas en la conservativa agenda comunista. El segundo, representado por el Foro Cívico, unía la mayoría de fuerzas pro-democráticas y rotundamente defendía los principios democráticos, un buen gobierno y estado de derecho. Así que las primeras elecciones libres en Checoslovaquia fueron más bien un referendum sobre el fin del régimen comunista a través de la elección de uno de los dos bloques políticos. El surgimiento de partidos políticos y la competición por el poder llegó más tarde. Las fuerzas democráticas ganaron de manera abrumadora en esas primeras elecciones libres, igual que en la mayoría de los países post-comunistas, dónde los votantes tenían una selección clara.
Es por esto que el primer paso necesario para los líderes de la oposición es siempre unir las fuerzas y trabajar hacía una meta común, en este caso hacia el derrocamiento de la dictadura. Claro que para eso hay que tener una mente política bien abierta y mucha previsión política. Una vez terminadas las primeras elecciones libres y democráticas, habrá mucho tiempo para que todos expresen su visión del futuro sistema político, para que consigan apoyo para sus ideas y ganen su parte de poder. Pero en el principio todos necesitan la misma y única oportunidad que abre la puerta.