Discurso de
Olivia Ocampo
Ante la Conferencia de Berlín, 25 de abril de 2007
Primero quiero agradecer en particular a todo aquél que, sin ser cubano, se ha interesado por el tema de Cuba. Son tantos, que para no abundar, no los menciono; pero de corazón me alegra mucho saber que no estamos solos. Como también me alegra ver gente de diferentes edades, de diferentes partidos. A veces cuando se habla del tema de Cuba, algunos ven como bueno el hecho de que Cuba tenga tanto personal calificado en áreas como la medicina; indudablemente es muy bueno. Ven bueno también que lo exporte. Sin duda para un cubano que esta encerrado allí dentro de una isla con poca información, la posibilidad de salir hacia fuera, siempre es una manera de alivio. Pero me parece que poca gente se pone a reflexionar sobre en qué condiciones salen, cómo viven cuando están afuera, y qué puede ser de sus vidas si deciden desertar. Sobre este tema es sabido que, por ejemplo, en el caso de los médicos que están en Venezuela y en otros lugares, el gobierno cubano los controla muchísimo. Siempre hay un coordinador, siempre hay agentes de la seguridad del estado, están obligados a espiarse unos a otros. Sus familiares son tenidos en Cuba como rehenes: antes de salir les dicen “si te vas, olvídate que vas a ver a tu familia; tu hijo nunca va a salir, nos vamos a encargar de que sea así, y tú no vas a poder nunca entrar”. Hay todo un mecanismo de amenaza y presión sobre estas personas.
En particular he trabajado en Curazao junto con la fundación Cuba Futuro, el Grupo Internacional para la Responsabilidad Social Corporativa en Cuba, sobre el caso específico del astillero de Curazao. El gobierno de Cuba mandó arreglar unos barcos al astillero de Curazao y luego le dijo: “no tengo dinero para pagarte”. El gobierno de Curazao, que es el dueño del astillero, decidió hacer una empresa mixta entre el astillero de Curazao y el de La Habana, y se volvieron co-dueños uno del otro astillero, pero no funcionó. Eso fue en los años 92-93, pero la deuda quedó. Entonces hicieron un convenio que el gobierno de Cuba le paga al gobierno de Curazao esta deuda de millones de dólares (inicialmente la deuda era de unos 12 millones, pero como estuvieron tiempo sin pagarla aumentó por los intereses); pero el hecho es que están pagando la deuda con trabajo humano. A estos trabajadores que son especializados, altamente calificados (muchos de ellos son soldadores navales, incluso pueden hasta soldar debajo del agua) cuyo trabajo puede ser valorizado en más o menos 25 dólares la hora, a ellos le pagaban un dólar la hora, hasta las 12 horas. Pero muchas veces ellos trabajaban de 14 a 16 horas diarias y seguían cobrando 12 dólares al día. Estas personas estaban encerradas en el mismo astillero de Curazao, en una barraca donde más o menos dormían 10 personas en unas literas en un mismo cuarto y compartían un sólo baño, obligados a vigilarse unos a otros. No podían salir solos, tenía que ser en grupo, y regresar a las 11 de la noche como Cenicienta. Era una Cuba chiquita con ellos allí. Ya se sabe que Cuba viola todos los tratados internacionales de derechos laborales que firma; pero para mí lo más bochornoso es que estamos hablando de estas violaciones dentro del reino holandés, dentro de un sistema que supuestamente es democrático. Me llegaron los rumores, porque colaboro con un periódico en español, pero no había manera de comprobarlo; y es muy delicado escribir sobre algo sin tener contacto directo con las personas, porque a ellos les prohíben contacto con el exterior. Si son cubanos desertores es aún más difícil. Se fugaron tres, los entrevistamos, escribieron una carta de denuncia, y empezamos a contactar las autoridades sobre esto en enero de 2005. Cuando ellos se fugaron, la seguridad del estado cubano distribuyó por todo Curazao fotos de esas personas diciendo que eran presos escapados de la cárcel, y que uno les avisara si los veía. Una compañía privada de seguridad de origen venezolano, Panamericana de Seguridad, se encargaba de buscarlos. Estas personas huyeron de Curazao hacia Colombia; gracias a Cuba Futuro en este momento están en EEUU y a través del Grupo Internacional para la Responsabilidad Social Corporativa ya están denunciando y haciendo un caso en corte. Luego se fugaron otros tres, que están actualmente en Curazao.
Entonces desde el 2005 la situación que se ha dado es: salieron los tres primeros, lo publicamos en el periódico y no hubo reacción. Lo publicaron en Holanda y se reflejó en la prensa en Curazao: se formó un escándalo, les bajaron las horas de trabajo a los cubanos, les empezaron a dar días de descanso (porque a veces pasaban hasta un mes sin un día de descanso), los sacaron de las barracas que además se quemaron porque estaban en unas condiciones horribles, y los pusieron en un hotel. Pero en el hotel estaban cuatro o cinco en habitaciones que supuestamente son para dos o tres personas. Sin embargo mejoraron un poco las condiciones: ocho horas de trabajo, y les mejoraron la comida que decían que era pésima. Pero después, una vez que la situación se calmó, volvieron otra vez a trabajar de 14 a 16 horas, les pusieron más gente en la habitación y se descuidaron con la comida. Otra vez hacia atrás. Se empezó a presionar, en el parlamento insular se sacó el tema, entonces se volvió a bajar las horas de trabajo y se mejoró algo. Se olvidaron otra vez del tema: de nuevo la misma situación, 14-16 horas de trabajo. Cuando presentaron el juicio en Miami en noviembre, otra vez volvieron a mejorar un poco las condiciones. Pero después en diciembre ya el juicio se estuvo olvidando, y nuevamente 14-16 horas de trabajo sin días de descanso. Es algo asombroso.
Gracias a que Cuba Futuro visitó Curazao a finales de enero hasta principios de marzo de este año y habló con las autoridades (tratamos de ir por la vía más diplomática aunque las conversaciones y negociaciones no hicieron ningún efecto), se convocó una rueda de prensa y empezaron a mejorar las cosas. Dicen ellos que por iniciativa propia, asombrosamente coincidiendo con estas actividades; y se ha logrado que se les hicieran a estas personas un contrato, donde están recibiendo al menos el salario mínimo de Curazao, que son 1200 florines, el equivalente de 700 dólares. O sea, de 360 dólares que ganaban al mes, están ganando 700 más o menos. Aparentemente se están respetando las horas de trabajo de ocho horas, y cada cinco días tienen dos días de descanso. La única vía que tuvimos fue presión, el escándalo, y también conversaciones a niveles más altos, porque desgraciadamente las autoridades en Curazao empezaron a tomarlo como una cuestión personal: nosotros estábamos tratando de dañar su imagen, y hasta querían aprobar una ley donde los extranjeros no tendríamos derecho a opinar sobre la situación de la isla. También hubo amenazas de otro tipo: por teléfono, por email, de todo tipo.
Yo quería hablar de los trabajadores en general, no sólo de los cubanos que trabajan en Curazao pero de los cubanos en general, cuando se escapan. En Cuba hay una ley, el artículo 137 del Código procesal penal, que se llama “En casos de abandono de misión o de funciones en el extranjero”: la persona puede tener una pena de tres a ocho años de cárcel. Y en muchos lugares sentimos que no hay mucha solidaridad con los cubanos cuando intentan desertar. Por ejemplo estas mismas autoridades de Curazao estaban haciendo trámites para entregar a estos tres últimos desertores a las autoridades cubanas, que los estaban presionando para que se los diera. Y le estaban diciendo: “si le das permiso a esos tres, me estás dificultando mi trabajo de controlar a los que tengo”. Además ahora han parado las visas desde Holanda a más cubanos. Es difícil comprobar si es realmente así, porque no tenemos una declaración oficial del gobierno cubano, pero hemos sabido que Luis Ángel Domínguez, quien dirige el astillero de La Habana, y Nelson Torres quien fue ministro del azúcar y actualmente dirige la Empresa Nacional de Astilleros de Cuba, visitaron Curazao. Y hemos sabido, por fuentes que no puedo revelar, que la posición del gobierno de Cuba es: “no te voy a pagar con dinero. Mi única manera de pagarte es con trabajo humano. O lo aceptas o, como decimos en Cuba, te chivas.” Esa es una panorámica más o menos general y quería hacer un llamado a la solidaridad con los cubanos en estos casos. Por ejemplo nosotros intentamos que procesara el caso de esos cubanos o de uno de ellos que se escapó, esta vez en el 2006, con el Alto Comisionario de las Naciones Unidas para refugiados, que analizara el caso de este muchacho. Él tiene testigos de cómo lo persiguieron, de cómo la seguridad del estado cubano le pagó a una compañía privada para que lo persiguiera. Quien lo ayudó a él a huir era una novia venezolana que trabajaba en una tienda; fueron a la tienda y presionaron tanto a la muchacha que hasta perdió el trabajo y se tuvo que ir de Curazao. Y la amenazaron hasta de golpearla físicamente. Lo estaban buscando a él, tenía que estar escondido, y a pesar de esto la oficina del Alto Comisionario de las Naciones Unidas que atiende el Caribe, ha hecho un análisis donde dice que esto no puede ser considerado un caso de persecución. Si no es persecución yo quisiera que alguien de Derechos Humanos me explique qué es. Muchas gracias.